El pasado puente de Andalucía viví la experiencia más intensa de mi aún corta vida profesional. A raíz de todo lo referente a la nominación de los premios Educa Abanca a Mejor Docente de España del curso pasado, tuve la maravillosa oportunidad de asistir al 3º Congreso Mundial de Educación que se celebraba en Santiago de Compostela, del 27 al 29 de febrero.
Allí, más de mil docentes de distintos países y de diversas especialidades nos dimos cita para asistir a numerosas conferencias de todo tipo. Ponentes y comunicaciones iban y venían, refrescando nuestras metodologías, ampliando nuestro abanico de recursos, y sobre todo, impregnando todo lo que nos rodeaba de una preciosa filosofía educativa, coherente a los tiempos de hoy, para nuestra sociedad y sus problemáticas visibles en las aulas.
Ha sido una experiencia inconmensurable, pedagógicamente hablando, en la que he podido crecer mucho como docente y como persona, gracias a todas y todos los que habéis hecho posible todo este precioso alboroto. En lo referente a los premios, no me llevé ninguno material. Pero si hablamos de corazón lleno de ilusión por seguir educando y un montón de técnicas nuevas para motivar aún más a vuestros hijos e hijas...entonces sí que lo he tenido.
Una vez más os lo repito: un millón de gracias, eternamente.
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